¿En qué nivel de felicidad te encuentras?
19 octubre, 2020
Las tecnologías nos han ayudado a vivir en un mundo en el que nuestros deseos pueden encontrar una gratificación inmediata. ¿Te falta un dato? Búscalo en Google. ¿Tienes hambre? Encarga comida a través de una aplicación y te la llevan a casa en un periquete.
Nuestros deseos parecen interminables, y de hecho desear no es nada malo. El deseo es promotor de mejoras tecnológicas y de innovaciones. Sin el deseo de más, el bienestar humano y la capacidad de generar el bien se detendría. Ahora bien: a menudo se confunde la gratificación inmediata con la verdadera felicidad.
La psicóloga Sonja Lyubomirsky, en su ensayo The How of Happiness (2007; Penguin Books), define la felicidad como «una experiencia de alegría, la satisfacción, de bienestar positivo, combinada con el convencimiento de que la propia vida es buena, significativa y valiosa». Aunque la gratificación inmediata puede aportar una chispa de felicidad, la felicidad en mayúsculas siempre viene acompañada de una experiencia de plenitud vital.
La chispa de placer que nos regala la gratificación inmediata sólo es el primer nivel en la escala de la felicidad de Robert Spitzer. Spitzer, basándose en las enseñanzas de la filosofía clásica, ha definido cuatro niveles de felicidad, de la más primaria a la más elaborada y plena.
El nivel 1 de felicidad corresponde a los impulsos de la gratificación inmediata, el placer físico y la excitación. Comprar mi coche preferido, degustar el helado que más me gusta… La «felicidad» que aporta el nivel 1 tiene una corta duración, y una cierta sensación de vacío. No involucra a los demás, sólo me afecta a mí.
El nivel 2 de felicidad corresponde al deseo de satisfacer el ego. El universo existe para servirme. En el nivel 2, las personas buscamos prosperar y ganar en el juego de la vida. Que nos reconozcan en el trabajo. Que nos prioricen. Con el fin de ganar felicidad en el nivel 2, los demás tienen que perder. Es cierto que todos necesitamos prosperar en la vida para ganar autoestima y credibilidad, pero si nos quedamos estancados en el nivel 2 como fuente dominante de felicidad, acabamos obsesionados por conseguir más y más, y miramos los otros de manera paranoica, como si nos quisieran arrebatar nuestras potencialidades de felicidad.
El nivel 3 de felicidad también está relacionado con el ego, pero ahora es un ego que se repliega hacia fuera. En este nivel, ponemos nuestros talentos al servicio de los demás. Aunque se trata de ganar, ahora es más un yo-gano-tú ganas. Queremos cambiar el mundo, dejar huella, y la felicidad que conseguimos en este nivel es mucho más perdurable.
En el nivel 4 buscamos realmente la plenitud de la vida. Aquí ya nos damos cuenta claramente que la felicidad no se encuentra ni en el ego ni en las cosas materiales. Nos empuja un deseo definitivo de hallar la belleza, el amor, la verdad. Claramente nos damos cuenta de que la felicidad se encuentra cuando salimos en busca de la trascendencia. Para un creyente, el nivel 4 es acercarse a Dios. Este nivel de felicidad es el más definitivo, profundo y duradero.
Y tú, ¿en qué nivel de felicidad te encuentras?