Movilicémonos para establecer relaciones profundas con nuestros hijos
28 septiembre, 2020
¡Los móviles nos aportan tantas cosas! Pero ¿puede que también nos roben la oportunidad de disfrutar de momentos de atención plena con las personas a las que más queremos?
No hay duda de que los móviles y las tecnologías en general nos han permitido estar conectados durante el confinamiento, pero ¿nos separan de las personas que tenemos más cerca? Cada vez se hace más evidente que los móviles contribuyen a desdibujar las fronteras entre el trabajo, la familia y la vida social, y esta confusión constante de esferas es una fuente de estrés.
Se habla mucho de los problemas que generan los móviles entre los adolescentes. Sin embargo, hay un número creciente de investigaciones que ponen de relieve el uso inadecuado que los adultos hacemos de estos dispositivos. Hoy en día es frecuente ver a padres absortos en las pantallas mientras los hijos juegan en el parque. Los expertos en desarrollo infantil advierten que los niños sienten cada vez más la necesidad competir con los dispositivos para acaparar la atención de los padres. Los padres, como primeros educadores, también debemos dar ejemplo de buena conducta tecnológica: de nada sirve poner límites a las pantallas de los hijos si perdemos la paz cuando no podemos consultar las últimas notificaciones.
Catherine Steiner-Adair, autora de The Big Disconnect, advierte que cuando los padres dan más prioridad a las actividades digitales que los hijos, pueden provocarles profundas carencias emocionales.
En el estudio El impacto de las pantallas en la vida familiar, en el que participaron 1,433 padres españoles, uno de cada tres padres manifiesta que hace un uso excesivo de las tecnologías, y reconoce que no es un buen modelo de conducta digital ni para sus propios hijos.
Según un estudio del Pew Research Center, que analiza los efectos de los móviles y redes sociales en las relaciones de pareja, el 51% de los norteamericanos afirma que la pareja a menudo se distrae con el móvil cuando están manteniendo una conversación presencial. Y que son las mujeres las que en mayor proporción lamentan esta desatención presencial de su pareja durante las conversaciones.
Un estudio publicado en el Journal of Developmental & Behavioral Pediatrics hizo un seguimiento de 55 familias mientras comían en restaurantes de comida rápida, y descubrió que los padres utilizaban los móviles durante las comidas familiares casi en un 75% de los casos. El estudio realizó entrevistas en profundidad con 35 cuidadores, que incluían madres, padres y abuelas. Los participantes verbalizaban constantemente una lucha interna entre el uso de la tecnología móvil, el trabajo y los niños; la sobrecarga de información y las tensiones emocionales derivadas de perturbar las rutinas familiares, tales como la hora de la comida.
El estudio demostró que el móvil no sólo determina cuánto tiempo hablamos realmente con los hijos, sino también cómo se relacionan los hijos entre ellos. Además, se vio claramente que cuanto más absortos estaban los padres con el móvil, más comportamientos disruptivos generaban los hijos, y más irritables se ponían los progenitores con su conducta.
Jenny Radesky, la investigadora principal del estudio, ofrece algunas sugerencias para impedir que los móviles estropeen la armonía de la vida familiar:
- Establecer límites: crear un plan familiar que incluya espacios o días con desconexión digital
- Hacer un seguimiento del uso del móvil: plantear la incorporación de un filtro o bloqueo en el dispositivo para evitar la tentación de utilizar la tecnología en el hogar. Hay diferentes aplicaciones que pueden ayudar a rastrear el uso del móvil, y ver cómo se está invirtiendo el tiempo.
- Identificar qué acciones con el móvil nos estresan más: pensar en lo que hacemos con el móvil que nos hace perder más la paz. Si se trata de la lectura de las noticias, o del correo del trabajo, tomar la decisión de consultar estos apartados cuando los hijos estén ocupados en otros asuntos. De este modo, cuando estemos con los hijos podremos estar más serenos y entregados.
La web empantallados.com anima a los padres a crear un aparcamiento de móviles a la entrada de la casa, para disfrutar de unos momentos de calidad con la familia.
Las tecnologías están aquí para quedarse, y pueden ser una verdadera ayuda en la vida personal, familiar y laboral. Pero si no vigilamos, nos pueden robar la atención plena de los encuentros presenciales. Al fin y al cabo, educar a los hijos es desconectar para conectar, es mantener con ellos una serie de conversaciones intensas, como si no tuviéramos otra cosa que hacer, más que dar indicaciones de vez en cuando. De hecho, cuando dejemos este mundo, los hijos no recordarán cuantas aplicaciones teníamos instaladas, sino cuántas veces les mirábamos a los ojos y les contábamos con serenidad quiénes éramos, qué sentíamos y que sabíamos, dispuestos a acogerlos y a escucharles con las orejas bien abiertas.