
Hemos vivido el Educant de Cara al Futur con Francesc Torralba
24 marzo, 2025
¿Cuáles son las virtudes imprescindibles?
El filósofo y teólogo Francesc Torralba estuvo en Bell-lloc, invitado por el equipo de los dos colegios que organizan cada año el ciclo ”Educant de cara al futur”, con el apoyo de las AMPAS de Bell-lloc y Les Alzines.
Francesc Torralba pronunció una conferencia en el aula magna de Bell-lloc en la que destacó las virtudes necesarias para formar a nuestros hijos e hijas. «Educar es una tarea de anticipación y cuesta imaginar cómo será el mundo dentro de 10, 20 años. Tener hijos e hijas formados en virtudes nos interesa a todos». Parafraseando a Edith Stein afirmó que es «un proceso infinito», porque el objetivo de la educación es la plenitud de aquella persona, que desarrolle su proyecto de vida. Y, para hacer realidad este proyecto, el chico o chica necesita de la familia, de los tutores o tutoras, de una comunidad de personas permanente. Todo esto pide tiempo, porque está claro que no se puede educar de golpe: hay que desarrollar la paciencia.
Las virtudes -aquellos hábitos que perfeccionan a la persona- son ahora más necesarias que nunca, porque nos encontramos ante una generación que se rompe con mucha facilidad. Es necesario que aprendan a torear las contrariedades, tanto las que han imaginado, como las que son reales. Y si no han adquirido las virtudes, es cuando se decepcionan y paralizan.
A lo largo de su disertación, Torralba resaltó cinco, de virtudes, sin olvidar las cardinales, que son «como las paredes maestra de una casa. Si se pueden aprender o no es una discusión antigua, pero lo que está claro es que no todos partimos de una misma predisposición natural para adquirirlas».
La primera es la fortaleza, una de las virtudes cardinales, que nos hace aptas para afrontar las adversidades que nos pone la vida. «La contrariedad es educativa y nos fortalece». Hay que descubrir qué podemos aprender de los contratiempos, de los obstáculos que nos encontramos a lo largo del camino: son «el examen para saber con qué grado de fortaleza contamos». Por otra parte, la constancia, la perseverancia o el tesón es la virtud por la que persistimos en un proyecto. Otra virtud de la que apenas se habla es la templanza, que nos capacita para el autocontrol y autodominio, y permite regular nuestras emociones. Destacó también la audacia, más necesaria cuanto más difícil es el proyecto que queramos emprender; nos hace capaces para empezar grandes cosas, pero también aprender del fracaso para asumirlo de tal modo que seamos capaces de volver a empezar. Y, por último, una virtud terriblemente ignorada, pero no menos importante es la humildad: ser conscientes de que necesitamos de la ayuda de los demás. «Cuando todo va bien es muy fácil caer en la arrogancia -afirmó-, pero entonces nos quedamos solos».
Francesc Torralba concluyó su intervención asegurando que las virtudes no se enseñan sólo hablando de ello, sino que es muy importante también la imitación -ya lo decía Aristóteles-, poder beber del ejemplo de otros. Todos estos hábitos son antiguos, sí, pero han superado la prueba del tiempo: por eso son valiosos perennemente.